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Gente que anda

Raíces Curioso Sin manos   Salir a caminar por la ciudad es como sumergirse en una obra en movimiento. Nada está quieto. Todo vibra. En estas tres fotos en blanco y negro, la calle no es un simple escenario: es el alma misma de cada imagen. La primera foto muestra una peatonal llena de gente en Mar del Plata. Algunos caminan con paso firme, otros se detienen a charlar, a mirar vidrieras o simplemente a estar. Los árboles parecen abrazar la escena, como si fueran testigos de un ritmo que no se detiene. Hay algo cotidiano y, a la vez, profundamente poético en ver cómo compartimos el espacio público, cómo nos cruzamos sin conocernos, cómo formamos parte de una coreografía invisible. En la segunda imagen tomada en Recoleta, una joven se sienta en el cordón de la vereda, acompañada por su perro. Ella mira hacia un costado, pensativa. Él, atento, parece cuidar la escena. Es un momento de pausa en medio del movimiento. Una postal sencilla que nos recuerda que también hay lugar para det...

La ciudad en movimiento: retratos del vivir cotidiano

Al hombro Apurada En lo alto   Hay gestos que la ciudad no anuncia, pero que forman parte de su alma. Un hombro que carga sin palabras, como si llevara el peso de mil días. Un paso apresurado, que atraviesa la luz y la sombra sin detenerse. Y una figura allá arriba, entre ramas, cuerdas y cielo, que conecta no solo cables , sino también el tiempo. El blanco y negro acentúa lo esencial, limpia el ruido, y deja el susurro de lo verdadero.

Otoño en la ciudad que respira

Barrio  Una calle del barrio en plena siesta de otoño. El sol entra tibio, amable, filtrado por las ramas. Los autos esperan en silencio. La gente camina sin prisa. Hay algo profundamente sereno en estas escenas cotidianas, como si la ciudad supiera hacer una pausa y respirar. Es un momento suspendido, un susurro entre ramas secas y veredas alfombradas de nostalgia. Los árboles, en su danza lenta, sueltan hojas como si dejar ir fuera parte del plan. Otoño en Buenos Aires no es solo una estación, es un momento suspendido, un susurro entre ramas secas y veredas alfombradas de nostalgia.

Pescando en el espigón: cuando el mar y el cielo se encuentran con la gente

Pescando en el espigón En esta fotografía se nos presenta un instante sereno y lleno de vida: un grupo de personas pescando sobre el espigón, justo cuando el día comienza a despedirse. Frente a ellos, el mar extiende su superficie verde grisácea, tranquila pero viva, mientras el cielo se pinta de tonos rosados, rojizos y naranjas, como si el sol hubiera decidido despedirse con un gesto artístico. El espigón, construido de grandes bloques de piedra, se adentra en el agua como una lengua firme desde donde los pescadores buscan su encuentro con la naturaleza. Algunos están solos, otros en pequeños grupos, todos compartiendo la misma calma y paciencia que exige el mar. En este rincón del mundo no hay prisa. El tiempo parece detenerse. Este tipo de escena, aunque cotidiana, tiene algo profundamente humano. Nos recuerda que los paisajes no son sólo escenarios naturales, sino también espacios vividos. El mar no es solo agua en movimiento: es sustento, es ocio, es recuerdo. Para muchos, pescar...

Dura Realidad

En las grandes ciudades, hay realidades que solemos pasar de largo. Historias que se tejen en silencio, entre cartones y miradas esquivas. Esta fotografía captura uno de esos momentos invisibles: un joven cartonero detenido frente a una vidriera que le muestra, casi como una burla, aquello que parece inalcanzable. Este relato busca poner en palabras esa escena, para que la indiferencia no nos gane la memoria. Esfuerzo e ilusión El joven detuvo su carro al borde de la vereda, como si una fuerza invisible lo obligara a frenar. El vehículo improvisado, construido a partir de retazos de cartón y hierros gastados, parecía un barco a la deriva varado en medio del asfalto. Desde allí, sus ojos se clavaron en la vidriera de un local brillante y moderno, donde zapatos nuevos y caros descansaban sobre estantes pulcros, ajenos al ruido de las calles. Era temprano todavía, pero ya había recorrido varias cuadras juntando cartones, plásticos y todo aquello que pudiera convertirse en unas pocas m...

Paisajes de Villaguay: Entre la Luz y la Tranquilidad

Atardecer en Villaguay Paz en la tarde Hoy comparto dos imágenes tomadas hace algunos años en Villaguay, Entre Ríos, dos escenas que capturan la esencia de su entorno natural. La primera foto es de un atardecer vibrante, donde el cielo se ilumina con tonos dorados y azules mientras las nubes dibujan formas dramáticas.  El verde pasto del primer plano con esos troncos de árboles talados como a propósito para que podamos ver con claridad las casas sobre el horizonte. La potencia del cielo le da más carácter al paisaje. La segunda imagen  me transmite paz. El agua en reposo refleja el cielo sereno, con pequeñas boyas que añaden un punto de interés. Es una fotografía más pausada, casi meditativa, que invita a detenerse un momento y simplemente contemplar. Cada una tiene su encanto: una es más intensa y dinámica, la otra más suave y apacible. ¿Cuál te transmite más sensaciones?  

Bodegón Fotográfico: Rescate de Colores y Texturas

Esos duraznos   Esos tomates En este espacio donde la fotografía y la memoria se entrelazan, surge este bodegón fotográfico, una composición que rescata imágenes casi olvidadas y les da nueva vida. Las fotos de estos duraznos y tomates, tomadas en algún momento del pasado, hoy revividas casi sin querer, ven la luz ahora con una fuerza renovada, destacando su vibrante color y la riqueza de sus texturas. Cada imagen tiene su propia personalidad. Los duraznos, con sus tonos dorados y rojizos, evocan la calidez del verano, mientras que los tomates, dispuestos en una fuente con un fondo suavemente desenfocado, resaltan la frescura y la sencillez de lo cotidiano.  Este post nace de la intención de rescatar fotografías que, de otro modo, podrían haber quedado en el olvido. Es un ejercicio de revalorización, de volver a mirar con nuevos ojos lo que alguna vez se capturó con la cámara. Porque en cada imagen, aún en las más simples, hay una historia, una emoción y una belleza que merece...