El verano en la costa no es solo arena y mar, también es un espacio donde se mezclan la risa, la creatividad y el juego. Estas tres fotos capturan un momento único en la playa: jóvenes y niños saltando sobre camas elásticas instaladas frente al océano, mientras las familias disfrutan alrededor. La relación entre ellas es clara: muestran la energía del verano, donde el movimiento y la alegría se funden con el paisaje marítimo. Los cuerpos en el aire, los giros y saltos, transmiten esa sensación de libertad propia de las vacaciones, donde el tiempo parece detenerse. La playa se convierte en un escenario natural donde el deporte, la acrobacia y el simple entretenimiento encuentran su lugar. Al fondo, la inmensidad del mar recuerda que, más allá del juego, siempre está presente la conexión con la naturaleza. Estas imágenes en blanco y negro refuerzan la idea de lo atemporal: podrían ser de hoy o de hace décadas, pero el espíritu es el mismo. En verano, cada salto es una forma de cele...
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana