De la mano Caminando de la mano, sintiendo la tibieza del otro mecidos por la tenue y fresca brisa de otoño rememoran momentos plenos de ternura. En esta etapa se sienten plenos, serenos y muy sabios. Viajan de a dos, van por la vida disfrutándola día a día y siempre como si éste fuera el último. No tiene cuentas pendientes, han cumplido con todos y transitan esta parte de su existencia amando. Amando a sus hijos, nietos, otros familiares y amigos: algunos de ayer, otros de hoy y todos de mañana.
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana