El lector le da la espalda a la noticia. Se cansó de tanta mala nueva que se pregona en cada periódico ó quizás no tuvo la paciencia necesaria para analizar cada frase y entender donde está la realidad y donde comienza la ficción. ¿Existe la objetividad que hace desapasionada y mesurada la forma de transmitir una noticia y de ser así como la detectamos? Es difícil saberlo pero vale la pena intentar despejar la paja del trigo y poder tener una noción más acertada de la realidad que nos plantean los medios.
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana