SIN NIDO En noches lluviosas de verano cualquier alero te da amparo. Desamparo total te da el invierno. Noches heladas sin abrigo. Estás ahí, aterido y famélico, vas donde el viento quiere, no tienes nido y el árbol te ofrece su resguardo. Pero hoy él está desnudo, y la maraña de ramas no son suficiente cobijo. Vuela a otro destino. El viento polar ha llegado, en algunos lugares nieva. Yo, cómodo en casa y protegido no dejo de pensar en vos. Siempre en clima extremo , tormentas, lluvias y heladas, tú vuelves a mi mente y juntos estamos en la pena. Infortunado gorrión de Buenos Aires, desamparado y a la intemperie, siento tu dolor, tu hambre, tu frío, me angustia y duele tu calvario.
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana