El primer barrilete
Sentir la piola tirando en las manos mientras allá en lo alto se yergue él.
-como un pájaro majestuoso, volando en círculos,
no del todo libre pero con el ímpetu intacto,- es muy fuerte..
El querer seguir subiendo, aún a pesar del hilo opresor, parece ser su destino.
Abajo el chico haciendo visera con las manos, lo contempla extasiado.
Que felicidad denota esa carita, como le tiemblan las manitos apretadas a la piola,
El pecho se le agita trémulo de una emoción nueva, casi heróica.
Su sonrisa es amplia, sus ojos grandes bien abiertos como para no perderse nada.
Más tarde llegará el tiempo de arriar el barrilete, recogerlo con cuidado y volver a casa.
Fin de una jornada sin igual, única, la del día que remontó su primer barrilete.