La sonrisa del morocho. En tiempos de pandemia, estar encerrado y casi sin salir, no he podido dedicarme a la fotografía como quisiera. La presente es una foto de archivo que ya tiene sus años, algo más de ocho, y para refrescarla me decidí por el blanco y negro. Hace mucho que no paso por el lugar y no sé si todavía estará en ese portón la figura de Carlos Gardel, el morocho del Abasto. Sea como sea el chambergo y esa sonrisa son inmortales.
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana