Mostrando las entradas con la etiqueta no hay olvido. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta no hay olvido. Mostrar todas las entradas

jueves, octubre 29, 2009

Nuestro último café

DETRÁS DEL VENTANAL






No hay olvido


Nuestra última cita, solo para charlar,
nada más? y después qué?
la excusa un café, para no adormilar,
el lugar era frío, nada acogedor,
como presintiendo el final.

Te sentaste frente a mí, no a mi lado,
tu boca. . .
esa boca que mil veces he besado,
balbuceó unas palabras,
yo absorto te miraba y no entendía.

El negro azabache de tu pelo,
resaltando tus bellos ojos,
imperceptible tu mentón se estremecía,
y tu cutis sonrojado no por amor abrasado,
sino por desconocida pesadumbre,
debieron prevenirme.

La luz y los sonidos se eclipsaron
esfumáronse las imágenes,
una sigilosa azafata dejó humeantes cafés,
y no lo notamos.

Te miraba sin ver, te escuchaba sin oír.
Mientras un vacío enorme se adueñaba de mí,
frío y calor juntos aceleraban mi corazón
quise tocarte, abrazarte,no pude, te deje ir.

Te fuiste, así de repente y quedé solo,
sin reacción, ahogado en mi congoja,
hueco por dentro y mi amor destrozado.

Recorrió mi espalda un frío sudor,
rostro y pecho empapáronse,
tomé el pañuelo y me seque los ojos,
ciclópeo, observándome detrás del ventanal,
lívido y avergonzado bajé la vista.

De pronto, a través del cristal
un haz de luz se coló y alumbró la mesa;
el gigante me sonreía,
sosegó mi espíritu y encauzó mi corazón.

Fue un soplo de vida que se adentro en mí,
volvió la sangre a fluir liberando mis músculos,
se relajó mi alma, sentí alivio y sonreí.

En se momento supe que, a pesar de todo ,
un gran dolor y una gran herida,
perduraran remotamente cicatrizados
en la conciencia muy lejos del corazón.

Contrastes Alados: Luz y Sombra

Sombras   En el silencio contemplativo de un espacio íntimo, una paloma se convierte en la protagonista involuntaria de una obra maestra vis...

Entradas Populares