El mar, esa masa gigante de agua en continuo movimiento, con ese ir y venir hacia la costa produciendo esa espuma blanca cual cerveza tirada por manos inexpertas.
Un espectáculo para presenciarlo, verlo y sentirlo.
La primera vez que vi el mar tuve infinitas sensaciones todas muy placenteras.
Fue un choque emocional de todos los sentidos y creo que en ese instante me enamoré de él.