Almacén Viejo almacén, la ochava guarece a tu entrada, viejo toldo del fuerte sol te protege. Estás ahí como antaño impávido al progreso. Tu viejo y cansado espíritu resiste. Cuanto tiempo más, cuanto, esa es la pregunta. Recuerdos de niñez, de idas y vueltas, los fideos, el vino, el azúcar y todo suelto. ¿Me fía, Don? La famosa libreta del almacenero y la yapa. Todo paso, nada es lo que fue y al peinar mis canas veo al pibe aquel que jugaba en la vereda.