La playa, sobre todo en vacaciones, tiene esos días en que el clima altera todos los planes.
En un periquete se arma una tormenta que ahoga las ilusiones de disfrutar del sol en la playa.
Además la temperatura baja y debemos apelar a lo que siempre nos falta: una prenda abrigada.
Para que, si total es verano.
Este fue uno de esos días y la gente debió conformarse con paseos por la rambla ,mirando al mar desde lejos.
Los más osados , temerarios, y nada sensatos, optaron por una visita al casino que seguramente le oscureció aún más el panorama.
¿Y los chicos? Bien, gracias.