En la pileta.
Sola, solita al borde de la pileta la encontré un día soleado, casi fresco teniendo en cuenta que estamos en verano.
Enseguida congeniamos, no tuvimos ni un sí ni un no, todo fue placentero.
Solo nos contemplamos en silencio como dos cómplices después de alguna fechoría.
Me mira
De pronto me mira, hay algo raro en sus ojos.
Siento como si algo se quebrara.
El silencio reinante ha sido modificado por la gélida mirada.
Se rompió el hechizo, luego casi sin hacer ruido me fui alejando despacito, despacito. . .