Los encontré en la playa, ahí estaban.
Perdidos, sueltos ó libres no sé.
En uno sus ojos destilan tristeza,
en el otro altivez, desafío, odio.
Seres desamparados, ignorados,
salvo algún samaritano que se fija en ellos,
están solos.
Resultado, tal vez, de compra ocasional,
padres condescendientes de hijos caprichosos,
solo por vacaciones, después el abandono.