Raíces en sombra Árbol hermano, que clavado por garfios pardos en el suelo, la clara frente has elevado en una intensa sed de cielo; hazme piadoso hacia la escoria de cuyos limos me mantengo, sin que se duerma la memoria del país azul de donde vengo. Árbol que anuncias al viandante la suavidad de tu presencia con tu amplia sombra refrescante y con el nimbo de tu esencia: haz que revele mi presencia, en las praderas de la vida, mi suave y cálida influencia de criatura bendecida. Árbol diez veces productor: el de la poma sonrosada, el del madero constructor, el de la brisa perfumada, el del follaje amparador; el de las gomas suavizantes y las resinas milagrosas, pleno de brazos agobiantes y de gargantas melodiosas: hazme en el dar un opulento ¡para igualarte en lo fecundo, el corazón y el pensamiento se me hagan vastos como el mundo! Y todas las actividades no lleguen nunca a fatigarme: ¡las magnas prodigalidades salgan de mí sin agotarm...
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana