Disfrutando del verano. Desde la primera vez en que la vi, hace ya aproximadamente cuarenta años, me enamoré de ella. No conocía el mar y esa primera vez me deslumbró, su aire fresco inundó mis pulmones y no puedo explicar la sensación que tuve en ese momento. Quizás fuera dicha o felicidad o las dos cosas juntas. La ciudad con sus playas y ese mar largo que la bordea invitaba a recorrerla y disfrutarla. Era otra época- recuerdo que cuando llegábamos en el taxi desde la estación al hotel el chofer respondiendo a nuestra pregunta de como estaba la temporada nos dijo: - Si llegamos a 25 ºC de temperatura estamos salvados. Lo normal era como máximo 22 o 23 ºC. (Este año la temperatura superó casi siempre los 30 ºC) Las noches frías obligaban a abrigarse tanto afuera como adentro de las habitaciones. La mayoría de los hoteles no tenían ventiladores y ni hablar de equipos de aire acondicionados. No eran una necesidad por aquellos tiempos. Pero un día c...
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana