Marina |
En un día terriblemente gris, casi lloviznando, con viento-algo común en Mar del Plata- y con muy poca visibilidad tomé fotografías desde la playa.
La grandiosidad del mar se expuso en toda su dimensión y allí estaba yo con algo de frío y todo humedecido sacando fotos.
Ausente el sol , casi en penumbras que dificultaba la visión, lo que se veía era todo gris, todo igual de monótono. Pero fue algo grandioso estar ahí. El ruido de las olas rompiendo muy cerca y la paz que genera esa inmensidad de agua en movimiento es el mejor relajante que pudiera tener.
Podría pasarme horas contemplándolo solo y en silencio.