FOTOS SIN PORQUE: La Fotografía
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lunes, mayo 22, 2017

Una foto cualquiera





Un día de lluvia cualquiera en mi pueblo 50 años atrás.
Esta foto ha sobrevivido a muchas mudanzas y otros tantos aligeramientos de valijas.
No está en ningún álbum como pudiera parecer por su vigencia.

Técnicamente sé que no es una buena foto pero estoy muy ligado a ella y no se porque.
Quizás porque fue una de las primeras que saqué cuando comenzaba con la fotografía.
Tal vez fue del primer rollo que revelé en mi incipiente laboratorio.
De lo que estoy seguro es que representa una realidad de ese instante de mi vida.

Estoy parado en el balcón de mi pieza, llueve copiosamente, tomo mi cámara y disparo.
Cual fue el objetivo de la foto no recuerdo.
Se ve pasar al verdulero en su carro, una vecina en la vereda de enfrente, y las calles hechas un lodazal.

En ese entonces las calles de tierra reaccionaban así ante la lluvia.
Solo teníamos una pequeña pasarela de cemento -de unos 60cm. de ancho- que unían nuestra vereda con las de la manzana de enfrente.
Con el paso de los carros y caballos -los escasos autos no salían esos días-el barro la cubría rápidamente, por lo que un empleado comunal debía -pala mediante- limpiarla.

El edificio que se ve era donde funcionaba la Unión Telefónica.
En el trabajaba el Jefe y dos empleados, que eran los encargados de las comunicaciones entre los vecinos y el mundo exterior.
En el pueblo no había -salvo raras excepciones- teléfonos en las casas por eso cada vez que se necesitaba hablar telefónicamente se debía apersonar y solicitar la comunicación.
La demora de una comunicación a Buenos Aires por ejemplo podía ser de 6 ó 7 horas.
Tiempo suficiente como para regresar y seguir con las tareas del día para luego volver transcurrido ese lapso de tiempo.

Hoy a la distancia -de tiempo y espacio- esta foto me genera algo de tristeza nostálgica.

En esos días de lluvias no había clases y aprovechábamos para jugar como diera lugar.
El agua corría por las cunetas como torrentes de ríos caudalosos.
Cuando paraba los chicos descalzos recorríamos la cuadra jugando con imaginarias embarcaciones -hechas de corchos y ramitas- que corrían velozmente pasando por los túneles formados por los pasos a nivel de la vereda.

Era día de tortas fritas.
A mi mamá le gustaba amasar y cocinarlas.
Como siempre faltaba algún ingrediente -harina ó grasa- me mandaba a la despensa que quedaba cruzando la calle justo enfrente de casa.
Era una verdadera aventura cruzar y a mí me encantaba.
Cuando regresaba esperaba por las tortas sentado en el alféizar de la ventana de la cocina que daba a la galería y absorto contemplaba la lluvia.
Ahora sé porque conservo esta vieja foto.



Tomado de Miscelaneas(7/01/2009)

viernes, septiembre 30, 2016

Fotos.

#La Foto del Día.

Viernes.

Fotografiando la naturaleza.

Fotografía artística del mar junto a las rocas.
Ojo de Luna

La fotografía lo dice todo, no necesita traducción para entenderla y apreciarla.
La imagen es de por sí elocuente, pero la subjetividad de cada observador hará que la pueda ver y sentir de una manera particular.

No me refiero al aspecto técnico de la foto donde se puede abrir otro frente de discusión. Me interesa el impacto que la imagen produce a los sentidos del espectador.
Esto nos da un complejo ramillete de calificativos que cubrirán un espectro muy amplio.
Es decir no les podrá gustar a todos, algunos más y otros menos, pero lo que espero que no les sea indiferente. 

Personalmente al observar una fotografía me interesa la primera impresión. 
El impacto que provoca mi atención, luego recorro por su composición y otros detalle de la  misma.
Desde ya la foto que atrae la mirada tiene algo, algo que te atrapa, y si está técnicamente bien puede llegar a ser fabulosa.