Sublime Han pasado más de treinta años de que vi por primera vez el mar y aún conservo la emoción que me produjo. Fue como un impacto a los sentidos, se me humedeció con alegría el corazón. Cada vez que vuelvo a Mar del Plata y lo visito rememoro esas emociones y las vuelvo a vivir como la primera vez. Es una linda sensación que implica varias como la de paz, tranquilidad, alegría y asombro. Sensaciones que seguramente percibiremos si nos detenemos a observar la naturaleza que nos rodea y respiremos su aire haciendo abstracción de todo lo humanamente mundano y disfrutemos de las bellezas de la naturaleza pura. Esos instantes de contemplación son la mejor terapia para desenchufarse de los problemas personales que nos aquejan cotidianamente y poder así clarificar ideas fortaleciéndonos espiritualmente. Esta vez no solo lo contemplé sino que también lo fotografié y esta foto es una muestra de esa belleza que cautiva la atención y regocija nuestro espíri...
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana