Como un torbellino de cosas, hechos y sucesos, se desplaza la vida, audaz, mezquina e inquieta. En continuo movimiento cual mar embravecido, nos sacude, golpea y arrastra a incierto destino. Como en balsa a la deriva viajamos , sueltos o aferrados , valientes o temerosos, la borrasca marca el camino. La convicción o el rezo es la disyuntiva. Ideales, anhelos, sueños, se postergan, se agitan las humanas miserias, la opulencia y la pobreza se acarician, ni la niñez esta a salvo. De pronto se oye un clamor lejano, mezcla de lamento y llanto, El timonel ordena bogad hermanos, juntos todos hacia la esperanza. Ahora es el momento, sin prisa y sin pausa, músculo y mente al servicio de noble causa, alivio en las almas, paz en los corazones, amaina y se ilumina el horizonte. Oportunidad única para encontrar el camino, hermanados en singular ideal arremetamos, abajo arcaicos prejuicios y sembrando con amor, desembarcaremos en el mejor de los puertos.
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana