Aplauso. Piernas. Fotos robadas a la tarde, al tiempo libre, al cosmos mismo. El sujeto o la sujeto es la figura humana femenina, es decir la mujer. Tan distinta al hombre y tan cercana. Causante de desvaríos, heroicos gestos y mil macanas de nuestra parte. Dios creó a la mujer y luego descansó. Nosotros permanecemos en vigilia permanente. Nos quitaron el sueño. Nuestro quehacer está íntimamente ligado a su accionar, no importa el clima, la hora o la distancia. Siempre están allí, para bien o para mal. Su presencia influye en nuestro ánimo, carácter, ideas y expectativas. A Dios gracias, le debemos la vida, nuestros hijos y nuestra felicidad.
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana