Una tarde muy soleada en el puerto marplatense un par de lobos marinos expuesto a los rayos de febo haciendo su siesta y turistas paseando y observando.
De pronto uno de los lobos marinos se despierta, ve al auditorio curioso y comienza a hacerse notar. Irguió su cabeza apuntado al cielo mientras emitía sonidos queriendo llamar la atención de todos.
En ese momento pasaba por el lugar y aproveché para tomar unas fotos y ésta es una de ellas.