Entre el ruido y la soledad: un motociclista en la ciudad
Confiado Distraído Solo La ciudad no descansa. Respira apurada, avanza sin mirar atrás, exige atención constante. la concentración absoluta necesaria para seguir, la distracción mínima que acecha en cualquier esquina, y la soledad inevitable de quien se mueve entre multitudes sin formar parte de ellas. Avanzamos juntos, pero cada uno en su propio carril En estas tres imágenes, un motociclista atraviesa ese pulso urbano donde todo sucede al mismo tiempo: colectivos que pasan como paredes móviles, autos que empujan el aire, peatones que cruzan con prisa y semáforos que ordenan el caos por segundos. El protagonista es siempre el mismo, aunque nadie lo conozca. Casco puesto, mirada al frente, cuerpo tenso. Rodeado de ruido, viaja en silencio. La ciudad lo acompaña, pero no lo contiene. Cada fotografía captura un estado distinto: La vida urbana es así: compartida y solitaria al mismo tiempo.

Espero de que no se trate de un perro abandonado...su tristeza es evidente.
ResponderBorrarBesos
Hola Antonia.
BorrarEfectivamente es un animal que se encontraba solo y presumo abandonado por esos turistas que lo tienen por la temporada de su veraneo y luego los dejan desamparados.
Es triste, pero real. Esta foto es una tomada hace unos tres o cuatro años atrás. Creo que en la actualidad esto no sucede.
Un abrazo.