El puerto de Mar del Plata es uno de los rincones más característicos y pintorescos de la ciudad. Allí, los barcos pesqueros de intenso color naranja y rojo no solo cumplen con su función de trabajo en alta mar, sino que también se han convertido en un verdadero símbolo cultural y turístico. Estas embarcaciones, alineadas en el muelle, transmiten una imagen única: la fuerza del mar se combina con la perseverancia de quienes lo enfrentan día tras día. Los nombres grabados en sus proas —muchos dedicados a santos, vírgenes o seres queridos— reflejan la fe y el arraigo de las familias que dependen de la pesca para vivir. Al observarlos de cerca, los detalles son un espectáculo en sí mismos. El contraste de los tonos cálidos de los barcos con el azul intenso del agua crea un paisaje que enamora a fotógrafos, turistas y vecinos por igual. Los reflejos en el mar parecen una pintura en movimiento, un recordatorio de que la belleza puede encontrarse en las escenas más simples de la vida cotidia...
Una mirada poética a la vida urbana y cotidiana
la primera para los que caminan y sienten un poco de hambre en el estómago. la segunda, para los que sienten otra clase de hambre en su corazón y la tercera para los que quieren saciar ese hambre en compañía y disfrutar al mismo tiempo de una misma tertulia.
ResponderBorrarCada una es diferente a la otra pero se puede encontrar un nexo de unión.
Besos
Muchas gracias por la descripción en tu comentario de mis fotografías.
ResponderBorrarRealmente admiro tu visión y me place tu punto de vista.
Un abrazo.
Tres momentos diferentes para hacer un día muy completo ¡muy buenas fotos!
ResponderBorrarUn abrazo.
Muchas gracias Montse.
BorrarUn abrazo