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La Agricultura... y el Atrevido Visitante

Atrevido En la elegante y serena Plaza Alemania, entre árboles, bancos y el ritmo tranquilo de los caminantes, se alza la majestuosa escultura de "La Agricultura". De inspiración clásica, el conjunto escultórico rinde homenaje al esfuerzo humano, la fuerza física y la conexión con la tierra. Pero en esta fotografía, la solemnidad del bronce y la tensión muscular de las figuras se ven suavizadas por un visitante inesperado: una paloma, dueña del aire y del momento, que se posa sobre la cabeza del personaje central como si fuera parte de la composición original. El contraste es irresistible. Allí donde el escultor quiso transmitir grandeza, trabajo y seriedad, la naturaleza introduce su propia lectura: la liviandad del instante, el humor involuntario, la ironía urbana. Esta imagen no solo documenta una obra de arte pública, sino que captura una escena que la transforma y nos invita a mirarla con nuevos ojos. ¿Acaso no es esa una de las funciones más bellas de la fotografía? ...

Cuando las nubes mandan

Mamita Hay días en que uno sale con la cámara y, sin buscarlo, termina mirando para arriba. Porque es el cielo el que se adueña de todo. Y ese fue el caso con esta imagen, que llamé simplemente “Mamita” . No por la presencia de una madre, sino por la exclamación inevitable que provocó esa nube gigante, brillante y poderosa, que emergía desde atrás de los edificios como si viniera con una misión especial. En medio del tránsito, los autos y las charlas cotidianas, apareció ella, la gran nube, con forma, cuerpo y presencia. Como una aparición. Y durante un momento, todo lo demás dejó de importar. Nubes campesinas La segunda imagen nos transporta al campo, donde el cielo no se queda atrás. En este caso, las nubes parecían un telón desplegado sobre la llanura. En una atmósfera casi teatral, la luz y la sombra se cruzaban entre los árboles y los pastos como si el cielo jugara a dirigir el paisaje. La técnica HDR ayuda a remarcar esa sensación de volumen y profundidad, pero lo que impacta d...

Gente que anda

Raíces Curioso Sin manos   Salir a caminar por la ciudad es como sumergirse en una obra en movimiento. Nada está quieto. Todo vibra. En estas tres fotos en blanco y negro, la calle no es un simple escenario: es el alma misma de cada imagen. La primera foto muestra una peatonal llena de gente en Mar del Plata. Algunos caminan con paso firme, otros se detienen a charlar, a mirar vidrieras o simplemente a estar. Los árboles parecen abrazar la escena, como si fueran testigos de un ritmo que no se detiene. Hay algo cotidiano y, a la vez, profundamente poético en ver cómo compartimos el espacio público, cómo nos cruzamos sin conocernos, cómo formamos parte de una coreografía invisible. En la segunda imagen tomada en Recoleta, una joven se sienta en el cordón de la vereda, acompañada por su perro. Ella mira hacia un costado, pensativa. Él, atento, parece cuidar la escena. Es un momento de pausa en medio del movimiento. Una postal sencilla que nos recuerda que también hay lugar para det...

La ciudad en movimiento: retratos del vivir cotidiano

Al hombro Apurada En lo alto   Hay gestos que la ciudad no anuncia, pero que forman parte de su alma. Un hombro que carga sin palabras, como si llevara el peso de mil días. Un paso apresurado, que atraviesa la luz y la sombra sin detenerse. Y una figura allá arriba, entre ramas, cuerdas y cielo, que conecta no solo cables , sino también el tiempo. El blanco y negro acentúa lo esencial, limpia el ruido, y deja el susurro de lo verdadero.

Otoño en la ciudad que respira

Barrio  Una calle del barrio en plena siesta de otoño. El sol entra tibio, amable, filtrado por las ramas. Los autos esperan en silencio. La gente camina sin prisa. Hay algo profundamente sereno en estas escenas cotidianas, como si la ciudad supiera hacer una pausa y respirar. Es un momento suspendido, un susurro entre ramas secas y veredas alfombradas de nostalgia. Los árboles, en su danza lenta, sueltan hojas como si dejar ir fuera parte del plan. Otoño en Buenos Aires no es solo una estación, es un momento suspendido, un susurro entre ramas secas y veredas alfombradas de nostalgia.

Pescando en el espigón: cuando el mar y el cielo se encuentran con la gente

Pescando en el espigón En esta fotografía se nos presenta un instante sereno y lleno de vida: un grupo de personas pescando sobre el espigón, justo cuando el día comienza a despedirse. Frente a ellos, el mar extiende su superficie verde grisácea, tranquila pero viva, mientras el cielo se pinta de tonos rosados, rojizos y naranjas, como si el sol hubiera decidido despedirse con un gesto artístico. El espigón, construido de grandes bloques de piedra, se adentra en el agua como una lengua firme desde donde los pescadores buscan su encuentro con la naturaleza. Algunos están solos, otros en pequeños grupos, todos compartiendo la misma calma y paciencia que exige el mar. En este rincón del mundo no hay prisa. El tiempo parece detenerse. Este tipo de escena, aunque cotidiana, tiene algo profundamente humano. Nos recuerda que los paisajes no son sólo escenarios naturales, sino también espacios vividos. El mar no es solo agua en movimiento: es sustento, es ocio, es recuerdo. Para muchos, pescar...

Dura Realidad

En las grandes ciudades, hay realidades que solemos pasar de largo. Historias que se tejen en silencio, entre cartones y miradas esquivas. Esta fotografía captura uno de esos momentos invisibles: un joven cartonero detenido frente a una vidriera que le muestra, casi como una burla, aquello que parece inalcanzable. Este relato busca poner en palabras esa escena, para que la indiferencia no nos gane la memoria. Esfuerzo e ilusión El joven detuvo su carro al borde de la vereda, como si una fuerza invisible lo obligara a frenar. El vehículo improvisado, construido a partir de retazos de cartón y hierros gastados, parecía un barco a la deriva varado en medio del asfalto. Desde allí, sus ojos se clavaron en la vidriera de un local brillante y moderno, donde zapatos nuevos y caros descansaban sobre estantes pulcros, ajenos al ruido de las calles. Era temprano todavía, pero ya había recorrido varias cuadras juntando cartones, plásticos y todo aquello que pudiera convertirse en unas pocas m...