A la sombra del gomero |
Un domingo cualquiera paseando como de costumbre por la Recoleta me encontré con esta escena donde diferente grupos de personas por diferentes motivos estaban sentados bajo la sombra del gigantesco gomero y no desaproveché la oportunidad de fotografiarla.
Sentarse bajo el gomero histórico de Recoleta es un acto de conexión con el tiempo y la naturaleza. Este árbol, con sus raíces profundas y ramas extendidas, ha sido testigo de innumerables historias y generaciones que han buscado refugio en su sombra. Las personas que hoy se sientan a su alrededor, descansando, conversando o simplemente contemplando, forman parte de una larga tradición de encuentro y serenidad. Este gomero no es solo un árbol; es un símbolo de resistencia, vida y continuidad en el corazón de la ciudad.
Cada persona que se detiene aquí lleva consigo una historia, un pensamiento, una pausa en su ajetreado día. Al estar cerca del gomero, estos momentos individuales se entrelazan con la historia colectiva de la ciudad, recordándonos la importancia de preservar y valorar estos espacios que nos conectan con nuestro pasado y con la naturaleza.
La trascendencia del gomero va más allá de su antigüedad; es un recordatorio vivo de la importancia de cuidar nuestro entorno y de respetar los seres que habitan este mundo desde antes que nosotros. Este árbol es, en esencia, un legado de la naturaleza, un refugio y una inspiración para las generaciones presentes y futuras.
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