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Vigía en las farolas
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El secreto de una buena fotografía es que no necesita de explicación.
La fotografía habla por si sola y nos impacta de distinta manera porque todos los que las observamos somos subjetivamente diferentes.
El verdadero secreto es lograr una fotografía que impacte transmitiendo sensaciones que no necesita de la explicación escrita del autor.
Es decir la fotografía debe tener voz propia para contar una historia o transferirnos sus emociones.
¿Cuales son las herramientas con que constamos?
En primer lugar una cámara fotográfica (Ahora también un celular con cámara) que es obvio, luego conocimientos de composición y técnica y los más importante paciencia, objetividad y una idea a fotografiar.
A veces la idea no es premeditada sino que nos aparece súbitamente para la cual hay que estar atento a lo imprevisto.
La mayoría de las buenas fotografías-por no decir todas- tiene un proceso realizado por el fotógrafo.
Consiste en programar la cámara, esperar el momento oportuno, enfocar e imaginar la foto que se quiere lograr, disparar y luego el procesado.
Este último es el corolario de todo lo anterior y donde se completa la creación fotográfica.
Es ahí donde el autor le pone su impronta, su punto de vista, sus sentimientos y su mensaje.