Otonio
Hoy amaneció lluvioso, feo, opaco y triste.
Al gris de la maniana se le agregaba un vapor en suspensión semejante a la niebla.
Por razones personales tuve que salir y cuando regresaba a casa ya no llovía.
El paisaje urbano se había modificado.
Estaba todo resbaladizo, húmedo, pero no se sentía frío.
Tenía conmigo mi pequeña Lumix de bolsillo y capté algunas imágenes.
De todas ésta me pareció como un resumen de lo que es el otonio
por estos pagos: Hojas secas que el viento esparce y la humedad climática con lluvia incluida
Puente Avellaneda
Riachuelo
Fotos tomadas desde un ómnibus en movimiento, saliendo de Buenos aires rumbo a Mar del Plata.
PUENTE AVELLANEDA
El Viejo Puente de estructura de hierro actualmente en desuso, es el símbolo del antiguo barrio. Era el transbordador a principios de la década y unía la ciudad con la provincia de Buenos Aires a través del Riachuelo. Luego, en 1940, fue reemplazado por el Nuevo Puente de tránsito ligero. Igualmente, por el río, un grupo de boteros unen las dos orillas en un viaje bastante corto desde el barrio de la Boca a la Isla Maciel.
El Nuevo Puente Avellaneda se llama así en honor al presidente de la República Nicolás Avellaneda (1874-1880), que durante su mandato se terminó la conquista de la Patagonía (1879) y se federalizó la ciudad de Buenos Aires (1880). Por medio de las escaleras mecánicas de este moderno puente, se puede apreciar desde una interesante altura una vista panorámica del barrio de la Boca, desde donde se presume que desembarcó Pedro de Mendoza en 1536 realizando la primera fundación de la ciudad.
El Viejo puente que formó parte de las pinturas de Benito Quinquela Martín y los barcos abandonados, pueden ser contemplados desde la rambla que bordea al Riachuelo, obteniendo una interesante perspectiva desde la conocida Vuelta de Rocha.
Desde la base del Viejo Puente Avellaneda se pueden tomar botes que cruzan pasajeros al otro lado del Riachuelo, como se hacía originariamente.
Texto tomado de:
El hombre del bolso de cuero.