El tiempo, ese tirano que todo lo modifica y todo puede, ha pasado y seguirá pasando, ahora y siempre.
El ayer y el hoy presentes en esta imagen nos muestran una realidad que puede no gustarnos pero que está, que se ha instalado.
El músico representa lo mejor de nuestro ayer -su música y canciones que luchan para permanecer- y detrás un póster de la nueva onda musical.
La gente que va, viene y se aleja sin detenerse producto de su propia preocupación hace la escena más dramática.
Para los que tenemos muchos años sobre nuestras espaldas nos apena y el dolor de la añoranza nos invade.
Pero el músico, estoico él, sigue con su música y con su canto sin importarle la desatención de los demás. Es su vida, su destino y seguro que no renunciará.
No importan los obstáculos, los monstruos que vencer, él seguirá adelante.