FOTOSIcono cultural

La sonrisa del morocho.

 

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Si caminas por la calle Anchorena rumbo al Abasto te vas a encontrar con este mural de Carlos Gardel. 

Con su chambergo y esa sonrisa que conforman la figura que se mantiene en el recuerdo.

Lo apodaban el morocho del Abasto por haberse criado en esa zona en los alrededores del desaparecido Mercado Abasto de la ciudad, hoy convertido en un gran centro comercial.

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FOTOS.La gente y el paisaje

En bici.

 

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Cruzando.

 

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FOTOS El color ausente

Negocio en la acera.

 

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La vereda ancha permite la convivencia del paso de los transeúntes con los puestos de los vendedores a la vera de la calle.


Los buscavidas,personas que se las rebuscan como pueden generalmente son vendedores de todo aquello que les llegue a las manos han copado casi todo el barrio del once.


El fluido tránsito les sirve de marco a la escena.

Parador.

 

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Una esquina y un poste con letreros indicadores de las calles que se cruzan es un lugar de parada de estas palomas.


Muchas son las que revolotean por ese lugar en espera de conseguir alimento y algún refugio.

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Alimento divino.

 

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Y el alimento llega de las manos de este hombre, lugareño de la esquina, quién vaya uno a saber desde cuando y con que frecuencia les brinda su alimento.


Las palomas agradecidas, ¿pero que opina los vecinos?


El lugar es en pleno centro comercial por lo que existen pocos habitantes permanentes en los alrededores,lo que hace que persista esta situación.


No sé si está bien o esta mal, pero pasa.

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La ausencia del color me pareció una correcta forma de llamar a estas imágenes en blanco y negro.


Partiendo de fotos a color y mediante manipulación llegamos a estas impactantes (ojalá) fotografías.

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