lunes, mayo 25, 2009
Cuando la música y los pensamientos se integran
Es domingo, día soleado y templado que invita a pasear.
miércoles, mayo 20, 2009
Fotos domingueras
Y ahora qué. .
Y después atardece...
Cae la tarde
pero aún los reflejos diurnos
se muestran entre sombras,
los colores se opacan
y pequeñas estrellas aparecen...
El sol muy debajo
muestra sus rayos rojizos
y los pájaros comienzan a silenciarse...
El rumor de la noche comienza a refrescar los aires
y el frescor del viento
calma las indolencias del calor...
Cae la tarde
y una luna sin sorpresas
muestra su sonrisa leve
y levemente asciende
hacia el cielo que penetra su azul
al otro lado del horizonte...
Cae la tarde
y no es tarde aún
para perpetrar en palabras
que la vida sigue
bella y tranquila,
sigue tranquila y bella
y que mañana
cuando el sol aparezca nuevamente
otro día me espera
para ver entre ruidos y atajos
que la vida brilla
y que mi caminata
aunque tropiece
sigue en rumbo amable.
Cae la Tarde.
viernes, mayo 15, 2009
Árbol entraña de mujer
Raíces en sombra
Árbol hermano, que clavado
por garfios pardos en el suelo,
la clara frente has elevado
en una intensa sed de cielo;
hazme piadoso hacia la escoria
de cuyos limos me mantengo,
sin que se duerma la memoria
del país azul de donde vengo.
Árbol que anuncias al viandante
la suavidad de tu presencia
con tu amplia sombra refrescante
y con el nimbo de tu esencia:
haz que revele mi presencia,
en las praderas de la vida,
mi suave y cálida influencia
de criatura bendecida.
Árbol diez veces productor:
el de la poma sonrosada,
el del madero constructor,
el de la brisa perfumada,
el del follaje amparador;
el de las gomas suavizantes
y las resinas milagrosas,
pleno de brazos agobiantes
y de gargantas melodiosas:
hazme en el dar un opulento
¡para igualarte en lo fecundo,
el corazón y el pensamiento
se me hagan vastos como el mundo!
Y todas las actividades
no lleguen nunca a fatigarme:
¡las magnas prodigalidades
salgan de mí sin agotarme!
Árbol donde es tan sosegada
la pulsación del existir,
y ves mis fuerzas la agitada
fiebre del mundo consumir:
hazme sereno, hazme sereno,
de la viril serenidad
que dio a los mármoles helenos
su soplo de divinidad.
Árbol que no eres otra cosa
que dulce entraña de mujer,
pues cada rama mece airosa
en cada leve nido un ser:
dame un follaje vasto y denso,
tanto como han de precisar
los que en el bosque humano, inmenso,
rama no hallaron para hogar.
Árbol que donde quiera aliente
tu cuerpo lleno de vigor,
levantarás eternamente
el mismo gesto amparador:
haz que a través de todo estado
¿niñez, vejez, placer, dolor?
levante mi alma un invariado
y universal gesto de amor!
por garfios pardos en el suelo,
la clara frente has elevado
en una intensa sed de cielo;
hazme piadoso hacia la escoria
de cuyos limos me mantengo,
sin que se duerma la memoria
del país azul de donde vengo.
Árbol que anuncias al viandante
la suavidad de tu presencia
con tu amplia sombra refrescante
y con el nimbo de tu esencia:
haz que revele mi presencia,
en las praderas de la vida,
mi suave y cálida influencia
de criatura bendecida.
Árbol diez veces productor:
el de la poma sonrosada,
el del madero constructor,
el de la brisa perfumada,
el del follaje amparador;
el de las gomas suavizantes
y las resinas milagrosas,
pleno de brazos agobiantes
y de gargantas melodiosas:
hazme en el dar un opulento
¡para igualarte en lo fecundo,
el corazón y el pensamiento
se me hagan vastos como el mundo!
Y todas las actividades
no lleguen nunca a fatigarme:
¡las magnas prodigalidades
salgan de mí sin agotarme!
Árbol donde es tan sosegada
la pulsación del existir,
y ves mis fuerzas la agitada
fiebre del mundo consumir:
hazme sereno, hazme sereno,
de la viril serenidad
que dio a los mármoles helenos
su soplo de divinidad.
Árbol que no eres otra cosa
que dulce entraña de mujer,
pues cada rama mece airosa
en cada leve nido un ser:
dame un follaje vasto y denso,
tanto como han de precisar
los que en el bosque humano, inmenso,
rama no hallaron para hogar.
Árbol que donde quiera aliente
tu cuerpo lleno de vigor,
levantarás eternamente
el mismo gesto amparador:
haz que a través de todo estado
¿niñez, vejez, placer, dolor?
levante mi alma un invariado
y universal gesto de amor!
Himno al árbol
Gabriela Mistral
(Poemas del alma)
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