miércoles, diciembre 09, 2009

Una idea por favor


Hombre pensando


Estoy sentado no sé cuanto tiempo y no se me ocurre nada, nada que decir , nada que escribir.
Horas pensando para encontrar una idea, algo, una frase aguda, sagaz, original e inteligente, y nada se me ocurre.
Pienso, pienso, me devano los sesos y no lo logro. Estoy en blanco como sentado en la punta de un iceberg en medio del ártico.
Me tengo que concentrar, buscar la armonía interna, el balance perfecto de las emociones y el talento aparecerá.
Inspiro todo el aire que puedo, distiendo el abdomen, siento la presión interna que sube abriéndose paso y que parece estallar en el pecho , retengo y luego exhalo lentamente y trato de tener la mente en blanco. . .(¡si la tengo en blanco!) Que nada perturbe este instante.
Sigo inhalando, reteniendo y exhalando pero no logro esa concentración que busco.


Pienso, pensar, pensando, a mi musas estoy buscando,
dioses de las artes, ciencias y letras os imploro ayudadme,
no dejéis mi mente vacía, dadme un hálito de brisa inteligente,
renovando mis neuronas, viejas y enmohecidas,
haced que aparezca en mí el genio. . . (o tan solo el ingenio).

Ruidos e interferencias distraen mi atención, me esfuerzo en vano.
Pero no cejaré dándome vencido, no sé renunciar, continuaré.
Inhalo, retengo el aire,exhalo lentamente, inhalo, retengo, exhalo . . .

miércoles, noviembre 25, 2009

Policromía


Paseando


Un fin de semana cualquiera en la gran ciudad, tomados de la mano recorremos los paseos cercanos.


El frenesí semanal se aplaca y la ciudad bosteza en una ambiente de calma como preparándose al descanso reparador de una larga siesta.


El infernal ruido ha desaparecido, las emergencias se tomaron un respiro y mudas están las sirenas, el smog ha perdido vigor y se ha ido desdibujando hasta perderse quien sabe adonde.

Casi no hay gente, pocos colectivos y menos coches de alquiler circulando por las calles.


Caminamos despacio, calladamente y observamos lo que se nos presenta ante nuestros ojos.


Cosas que están siempre ahí y no vemos, no porque no las miremos sino porque miramos sin ver.


El torbellino en que estamos insertos durante los previos días es tal que nadie se detiene un sólo segundo para observar el paisaje que nos muestra la ciudad.


El ajetreado ciudadano deambula exigido por ir a ó venir de a cualquiera sea su destino. 


La velocidad es primordial, estar antes en la fila de la parada del colectivo, en el andén del tren ó subte, subir primero o bajar primero es casi diríamos cosa de vida o muerte, donde los apretones, empellones, colisiones, y algunas riñas son el alimento diario al estrés galopante que se padece en los días laborables.


Pero hoy es domingo y paseamos de la mano, conversando bajito, sin prisa , disfrutando del tiempo y del panorama que descubrimos como algo mágico.


Si prestamos atención y nos concentramos quizás podamos oír el ruido del silencio, sentimos la tranquilidad del ambiente y nos deleitamos con eso.


Nos detenemos reiteradamente a observar y descubrimos formas nuevas y los colores se hacen más vivos, más intensos que deslumbran nuestras retinas.


La policromía del panorama nos embarga y nos transporta a nuestros recuerdos más hermosos.


Recuerdo cuando niño cono anhelaba ver después de la lluvia el arco iris, como me extasiaba esa visión en el cielo y lo alegre que me ponía, era una pequeña muestra de felicidad.


¿Esta colorida imagen es real, es verdadera ó simplemente es una ilusión ?


Tal vez nuestra dicha nos haga ver las cosas de esta manera; un reflejo del alma gratificada que desborda.


viernes, noviembre 13, 2009

Verde Primavera


Esperar sin esperanza




Como todas las tardes te espero,
me ilusiono, me imagino tu sonrisa,
tus delgadas piernas, tus sutiles pasos,
hacia mí tus brazos extendidos.

Pelo al viento, flotando tu vestido,
la alegría viva en tus ojos,
brillante, etérea, vienes a mí, como antes,
te espero con ansias, pero te disfumas,
y quedo solo en mi soledad.

Sueño, espejismo, mi necesidad de ti,
no sé, no me acostumbro al vacío,
me miento siempre y siempre creo,
aguardando tu regreso confío .

Aunque sé que es imposible,
intacta mi ilusión se revela,
terrible agonía la mía,
la de esperar sin esperanza,
sigo aquí y tozudo te espero.

El viejo árbol, fiel amigo, ha permutado
el ocre del otoño por el verde primavera.
Bajo su amparo imaginamos nuestro mundo ,
él creció y nuestros sueños murieron.

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