miércoles, septiembre 02, 2009

Palomas y Monumentos


ALEGORÍA

Ellas vuelan libremente,
suben, bajan, graciosamente
se posan
en árboles, edificios y monumentos.

Atractivo de plazas y parques,
la desidia les dio ciudadanía.
Fachadas y monumentos
son sus víctimas inocentes.

Nos engañan con su docilidad,
inmóviles y apáticos
monumentos
aceptan silenciosos su boñiga.

Inconscientes, ilusas, soñadoras,
defecan sin ton ni son,
inimputables por naturaleza.

Cuenta la raza humana
con ejemplares parecidos.
Simpáticos, sonrientes, manipuladores.
Lobos disfrazados de cordero.

Guarda con el que tenés al lado,
desconfiá de su amabilidad
e ingenuidad por querer saberlo todo.

Están en todas partes,
colegios, oficinas y fábricas.
Ladinos, farsantes y codiciosos,
camuflados tras fingida angelical sonrisa.

Calculador, trepar es su idea fija.
No sube escalones, los salta.
Se desinteresa en las cabezas que pisa
afanoso por llegar a la cima.

Bazofia humana, consciente de sus actos,
no invoca méritos, los birla al vecino.
Consecuente, bufón y alcahuete
del mandamás de turno.

Sus víctimas, monumentos al fin,
pagan caro su ingenuidad.
Tarde se dan cuenta y
ya no hay remedio.

No todo estará perdido
si oís la voz que resuena:
"Monumentos:
despertaos, abrid los ojos,
intuid a la paloma, actuad,
anticípense,
impedid que su suciedad os dañe"

miércoles, agosto 26, 2009

Atardecer en el parque



Crepúsculo

Atardece, caen las primeras sombras,
ahí se la ve, encorvada, frágil,
su perro junto a ella, unidos por una correa.

El parque silente la acoge con ternura,
¿es el perro ó la soledad lo que la empuja?
¿de donde viene, adonde va?

Viene del olvido y abandono.
Deambula con su tristeza a cuesta,
añora épocas mejores.

Sola, sintiendo el peso de los años
vaga sin rumbo,
ha perdido su brújula.


El solitario banco la espera,
cómplice de sentidas lágrimas,
un refugio a sus pies cansados.

Sueña despierta, vacilante,
los mismos sueños mozos.
Vuelve a reír, a bailar, a vivir...



martes, agosto 18, 2009

VIGILANTES

Atalaya de observación

Están allí, en las alturas,
permanentes observadores ,
oteando la metamorfosis de la metrópolis,
impávidos, estáticos y asombrados.

Poco a poco va desapareciendo
el romántico estilo de antaño y
florecen por doquier las frías
y puras línea rectas.


Adiós al genio creador de esculturas,
al ignoto imaginero y su obra.
Chau luces, sombras y detalles en relieve.
Vestigio del pasado bordeando el knock-out.


¿Cómo resistir al embate del modernismo,
que demuele hasta el tuétano lo erguido,
las formas y los clásicos ornamentos?
No hay forma, la utilidad
prevalece.