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Gente, sol y mar.
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Una foto típica de un verano en Mar del Plata. La gente muy tranquila disfrutando de la playa y el mar.
El día espléndido,con un sol radiante, casi sin viento y una cálida temperatura propician este momento de relax y goce.
La gente es el principal protagonista del verano en la ciudad, es la que le da fuerza y vida a la temporada.
Unos están el el mar, recibiendo el embate de las olas, suaves algunas veces y violentas en otras oportunidades, otros en la playa mojándose solo los pies con la marea que los baña.
Los chicos de parabienes jugando en la mojada arena recolectando caracoles que arroja el mar a la playa.
Hemos congelado la imagen en el tiempo haciéndola perdurable , no solo a nuestras retinas sino a las retinas de generaciones venideras, gracias a la magia de la fotografía.
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Buscando la libertad |
La fotografía tiene el poder de congelar un momento de la vida, ya sea nuestra, la ajena o la de seres de la naturaleza como en ese caso: Una flor.
Este congelamiento implica a prima facie un sujeto estático, inmóvil, quieto. Esta imagen parece un sándwich formado por la flor roja encerrada en sus extremos por verdes hojas, lo que junto al contraste de colores nos da un lindo efecto visual.
Esto no es todo, la flor recorre todo el cuadro en diagonal, de arriba hacia abajo, y es ahí donde adquiere movimiento porque pareciera que está buscando salir del rectángulo para volver a la naturaleza de donde pertenece.
Si fuera pretencioso diría que la flor adquiere vida .
Esta flor pertenece a un arbusto que existe en alguna plaza de esta Capital federal y del cual no sé su nombre.
Si alguno de mis visitantes lo sabe le agradeceré que me lo haga saber.
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A pleno
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La fotografía tiene ese don de congelar en el tiempo una imagen donde los protagonistas estáticos, inamovibles, perduran en su acción de ése instante. Estáticos y acción una paradoja entre la quietud y el movimiento.
Es verano, la gente al sol, ya sea en la plaza, parques o la playa, jugando, divirtiéndose, secos o empapados, lejos del mundo real , ya que construyen su propio mundo. Ese mundo alejado de los problemas cotidianos. Chau al subte, tren o el micro, chau la oficina, la fábrica,o al jefe que nos la hace difícil.
Chau a la factura de la luz, el gas y el agua. Chau al descubierto en el Banco. Chau, Chau, Chau a las penas y dolores.