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Sonrisa y Honor

  La fotografía captura un instante donde la solemnidad y la alegría conviven en perfecta armonía. Las jóvenes del servicio de aviación argentino marchan con porte firme, sus uniformes impecables y las miradas decididas. Sin embargo, entre la disciplina y la marcialidad, brota algo profundamente humano: la sonrisa compartida, el gesto de camaradería que rompe la rigidez del desfile y revela la esencia del espíritu militar moderno. Cada una de estas mujeres representa una nueva generación dentro de las Fuerzas Armadas: profesionales, seguras de sí mismas, comprometidas con el deber pero también con la vida. En sus rostros se adivina orgullo, pero no altivez; respeto por la tradición, pero también frescura y confianza. La imagen se transforma así en un homenaje a la vocación y al empoderamiento. Refleja un tiempo donde el uniforme ya no borra la individualidad, sino que la eleva, la enmarca en un contexto de igualdad y pertenencia. Es el retrato de la fuerza serena de la mujer en ...
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Verano urbano en la rambla

 El verano respira entre pasos lentos y sombras cortas.  En la rambla de Mar del Plata, la ciudad se mezcla con el mar, y la vida parece detenerse un instante bajo el sol. La gente camina, conversa, busca refugio en una sombrilla o simplemente se deja llevar por la brisa.  En blanco y negro, todo parece más eterno: el rumor de las olas, el reflejo en el cemento, la calma de un día que podría repetirse mil veces sin perder su encanto.

El Chico del Cántaro en el Jardín Botánico.

  En pleno corazón de Buenos Aires, el Jardín Botánico Carlos Thays guarda verdaderas joyas que combinan naturaleza, arte y cultura. Una de ellas es la escultura conocida como “El chico del cántaro” , que se encuentra entre senderos rodeados de flores, árboles y plantas de todo el mundo. La obra representa a un niño sonriente sosteniendo un cántaro del que brota un hilo de agua cristalina. Su postura relajada y la expresión alegre en el rostro transmiten frescura, inocencia y la sensación de juego, como si el tiempo se hubiera detenido en una tarde de verano. Este rincón del Jardín Botánico no solo es un punto ideal para tomar fotografías, sino también un lugar para reflexionar sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza. El verde intenso de las plantas, el colorido de las flores y el sonido del agua crean un ambiente que invita a detenerse, respirar y disfrutar del momento. Visitar esta escultura es encontrarse con un espacio donde arte y naturaleza conviven en perf...